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Este es el cuarto volumen de la serie BG.5 de la escritora venezolana Darlis Steffany, historia que nació en Wattpad. Sus protagonistas son Dexter y Elanese, quienes llevan mucho separados el uno del otro. Cuando ella regresa, los sentimientos entre ambos volverán a mostrarse.
Más allá de ser una novela centrada en el romance, «La D no es por Dexter» sigue el paso del tiempo tanto en los protagonistas como en el resto de integrantes de la banda, el lugar que ocupan las acciones realizadas y las decisiones tomadas, cómo las experiencias nos hacen cambiar y ver la vida de un modo diferente (o no).
Dexter Jefferson tiene la palabra desastre adherida a su nombre y últimamente eso parece estar más que científicamente comprobado. La prueba de ello puede ser el corazón roto que el mismo se encargó de obtener.
Dexter puede ser persistente, terco y perseverante, darse cuenta por vencido no se encuentra en su naturaleza, por ello ¿Qué pasa por su cabeza cuando pierde a la chica?
La respuesta es fácil: intentar reconquistarla.
Tristemente los aviones nunca salen como él quiere y en el proceso se encuentra con cierto inconveniente al que le gusta llamar su «lucecita» la cual se encarga de desviarlo del camino pautado para reconquistar a la que considera su chica ideal, llevándolo a una persona con la que parece tener más que un recuerdo.
Cuando menos se quiere dar cuenta, Dexter se encuentra jugando con las barbies, obteniendo manicura, espantando pesadillas y los monstruos debajo de la cama.
Él debe luchar por no perder a su Lucecita y también por no perder a la chica que comienza a entender es la indicada, para ello debe demostrar que la D es por Dexter y no por desastre.
Venezolana, nacida el 6 de febrero de 1995 y actual estudiante de la Universidad Central de Venezuela de la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas en la carrera de Estudios Políticos y administrativos. Esos son los datos más importantes de Darlis Stefany (y no, no es un seudónimo, ese es su nombre real).
Su camino como escritora comienza a los doce o trece años de edad luego de haber criticado al menos cinco historias diferentes, cuando toma la decisión de dejar las críticas a un lado para iniciar su propia historia.
Sus primeros escritos podrían dar vergüenza según sus palabras, “pero ahora quizás no tanto”. Afirma que el camino para llegar a la escritura que tiene ahora fue largo y de aprendizaje.